El bruxismo es el hábito de apretar los dientes o hacerlos rechinar sin ser conscientes de ello. El bruxismo afecta entre un 10% y un 20% de la población y puede tener lugar tanto durante el día como durante la noche. Este ejercicio de apretar los dientes en exceso puede dar lugar a diversos síntomas como el desgaste de los dientes, encías retraídas, dolor de cabeza, insomnio y ansiedad entre otros.
El bruxismo puede conducir a la hipertrofia del músculo masetero debido a la acción recurrente de este músculo a lo largo del tiempo. El músculo masetero es el principal músculo encargado de la masticación y uno de los músculos más potentes del cuerpo humano.
Dentro de los posibles tratamientos para el bruxismo, se encuentran ejercicios de estiramiento fisioterapéuticos y el uso férulas para proteger los dientes. En nuestra consulta ponemos a disposición de los pacientes tratamiento del bruxismo con toxina botulínica. Diversos estudios han demostrado que tras el tratamiento con toxina botulínica, los pacientes han presentado una disminución en el número de episodios de bruxismo y una mejoría de los síntomas. El tratamiento con dosis adecuadas de toxina botulínica conlleva una relajación del músculo masetero, con la consiguiente mejoría clínica y alivio por parte de los pacientes. Se requieren entre 15 y 40 unidades de toxina botulínica por cada lado de la cara (según la hipertrofia del masetero que presente el paciente).
Asimismo en las mujeres, la hipertrofia del masetero da lugar a una cara de aspecto “cuadrado”, lo que a menudo influye negativamente en la belleza facial femenina. El tratamiento con toxina botulínica también mejorará este aspecto, otorgando un aspecto más joven.
El tratamiento debe ser llevado a cabo por profesionales entrenados en esta técnica y que conozcan la anatomía del músculo masetero y la región a tratar. Es un tratamiento bien tolerado, que no requiere de anestesia y el paciente puede incorporarse a su vida diaria desde el primer momento.
En resumen, las infiltraciones con toxina botulínica son un tratamiento seguro y eficaz para pacientes con bruxismo moderado-severo, sin prácticamente efectos secundarios.
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